Wednesday, September 9, 2015

Nada cambia en servicio de trufis pese a los accidentes

Aunque admitió que los choferes de trufi se exceden en la velocidad, a Emma Roca, junto con su hijo de un año, no le quedó otra opción que usar este servicio de transporte público para visitar a sus familiares en Montero, pese a que en las últimas dos semanas se han registrado dos accidentes con el saldo de ocho muertos y 12 heridos.

Han pasado 48 horas de la última tragedia ocurrida entre Portachuelo y Montero, en la que un auto de servicio público procedente de Caranda se estrelló contra un camión militar, tipo ‘caimán’, que dejó cinco personas muertas, entre ellas el chofer del trufi, y seis heridas, pero en las paradas situadas en la ciudad la rutina sigue como si nada hubiera ocurrido, aunque los choferes aseguran que nadie controla la velocidad que ejercen los vehículos en la carretera.

Ayer, los trufis que van al norte seguían admitiendo al quinto pasajero, nadie utilizaba cinturón de seguridad y una vez en la carretera, continuaban viajando a alta velocidad. Por la tarde, en la ruta Warnes-Yapacaní se observó a unas cinco patrullas de la Policía Caminera vigilando la vía.

El comandante de esa repartición policial, Ronald Mercado, admitió que sus siete vehículos están viejos y dos de las siete pistolas, tipo radar, para medir la velocidad están en malas condiciones. Pese a ello, indicó que intentan hacer su trabajo lo mejor posible.

Las causas

Daniel Ortega Cárdenas es un experimentado conductor de trufi, pues lleva 20 años al volante cubriendo la ruta Yapacaní-Montero-Santa Cruz de la Sierra. Reveló que una de las causas para sufrir un accidente es que se reviente una llanta por causa de un bache, los cuales abundan en la ruta al norte.

Un segundo motivo es la imprudencia de los conductores de vehículos pesados, como los cañeros y soyeros, así como de los particulares, que en la mayoría de los casos el chofer viaja en estado de ebriedad.

“Admito que hay colegas que no duermen bien, son presas del cansancio y por ello se duermen, pero el mayor peligro es la falta de focos traseros (stop) en los camiones con chata, lo cual no sé por qué no es controlado por la Policía Caminera”, indicó Ortega.

En lo que se refiere al exceso de velocidad que imprimen los conductores, Róger González, ejecutivo de la Federación de Transporte 16 de Noviembre, expresó que es una tarea pendiente de la Policía, porque en cada parada urbana hay un fiscalizador que se fija en el buen estado de los motorizados.

Al respecto, el comandante de la Policía Caminera dijo que se hace el control de vehículos al azar por cuanto en el retén del km 17 no hay barreras para verificar a todos, pues son muchos los trufis en servicio

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