Argumentó que un motor que no está adecuadamente mantenido quema mucho aceite, por lo que los contaminantes que emiten estos motorizados se incrementan considerablemente.
Respecto a la gasolina que se comercializa en Cochabamba y el país, Valle afirmó que el combustible de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) contiene mucho azufre.
“Algunos propietarios de surtidores estiran la gasolina con el querosén. Este combustible debe ser cristalino, como el agua, pero con la mezcla se vuelve medio turbio”.
Al respecto, el director distrital de Cochabamba de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), Juan Carlos López, aseguró que la gasolina y el diésel que se producen en las refinerías del país son de buena calidad y, al contrario de lo que afirma el mecánico Luis Valle, tiene bajo contenido de azufre.
“Tenemos uno de los crudos más exquisitos, con muy bajo contenido de azufre. El diésel que se produce en el país es uno de los mejores de la región”, puntualizó.
Informó que la ANH realiza periódicamente controles a las estaciones de servicio para verificar la calidad de los combustibles que comercializan.
La Agencia Nacional de Hidrocarburos tiene tres laboratorios móviles en todo el país para realizar este control de calidad, uno que se encuentra en La Paz, el segundo en Cochabamba, y el tercero en Santa Cruz.
López afirmó que no se puede mezclar la gasolina con el querosén porque son combustibles que han sido obtenidos a distintas temperaturas. La gasolina, por ejemplo, se obtiene a 380 grados Fahrenheit, mientras que el diésel oil, el jet fuel y el kerosén a 680 grados Fahreinheit.
ANTIGÜEDAD
Valle explicó que los vehículos que son más antiguos, y que de paso no reciben un buen mantenimiento, son los que echan más contaminantes al medio ambiente porque queman más aceite.
Incluso si funcionan con gas natural -según el mecánico- contaminan bastante, porque sus motores son viejos.
Los vehículos que tienen sus motores bien calibrados no contaminan mucho, incluso si son modelos de los años 60. Por este motivo exhorta a las autoridades locales que presionen más a los propietarios para que realicen mantenimientos periódicos a sus motorizados.
Se recomienda que el mantenimiento se haga cada 10 mil kilómetros de recorrido. Un vehículo particular recorre esa distancia en al menos un año, mientras que un público lo hace en tres meses.
Un buen mantenimiento del motor debe constar, como mínimo, del cambio de filtro de aire, porque cuando está en mal estado obstruye la entrada de oxígeno a la máquina y causa mayor contaminación.
El cambio de bujías es otro elemento importante cuando se realiza el mantenimiento del motor en un taller mecánico.
Valle señaló que las autoridades locales deberían elaborar y aprobar una norma que obligue a propietarios de vehículos a cambiar el filtro y las bujías de sus motores.
Agregó que el país no debería permitir el ingreso de vehículos usados, que han sido desechados en sus naciones de origen, porque son los que más contaminan.
El mecánico dijo que tampoco se debería permitir la importación de motores usados porque se desconoce su antigüedad y el kilometraje que tienen, pero en el país se les sigue sacando utilidad.
CONTAMINANTES
Monóxido de carbono
De los tres principales contaminantes, el monóxido de carbono (CO) es el más peligroso porque no se lo puede ver u oler.
Una concentración de 0.5 por ciento de CO en el aire puede dejar inconsciente a una persona y matarla en 15 minutos.
Incluso una concentración menor (0.04) causa dolores de cabeza y amenaza la vida de una persona tras varias horas de exposición.
El monóxido de carbono se forma cuando la mezcla de combustible es rica y hay poco oxígeno para quemar completamente todo el carburante.
Hidrocarburos
Las emisiones de hidrocarburos es gasolina sin quemar y vapores de aceite. Aunque no son directamente dañinos, son los mayores contribuyentes para el esmog y la contaminación de ozono.
Los hidrocarburos en la atmósfera reaccionan con el sol y se rompen para formar otros componentes químicos que irritan los ojos, las fosas nasales, garganta y pulmones.
Óxidos de nitrógeno
Estos gases, en concentraciones pequeñas pueden causar irritaciones en los ojos, nariz y pulmones, así como dolores de cabeza.
En altas concentraciones pueden provocar bronquitis y agravar otras enfermedades relacionadas con los pulmones. En la atmósfera, reaccionan con el oxígeno para formar ozono y esmog.
Fuente: Luis Valle. Técnico especializado en Brasil en electrónica automotriz.
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