Pedro Quispe, representante del Transporte Pesado Internacional, denunció que los afiliados a este gremio se sienten inseguros en carreteras hacia Perú donde los choferes son víctimas de robo de sus motorizados y se encuentran indefensos ante la ausencia de autoridades bolivianas que velen por su integridad.
Según las declaraciones de Quispe, el pasado fin de semana uno de los afiliados a esta organización se encontraba en la autopista vía Lima–Perú, en el momento en que llega a ser saltado por personas desconocidas quienes tratan de asfixiarlo, le roban el motorizado y el conductor es abandonado en una ruta despoblada.
De forma posterior, funcionarios policiales recabaron la denuncia, dicha instancia se comunicó con otros funcionarios policiales en el lado peruano logrando dar con el paradero del camión en un garaje de propiedad privada.
“Cuando los funcionarios policiales devolvieron el camión al conductor, este se encontraba sin varias partes del vehículo, sin la mercadería, prácticamente era sólo fierro con motor, chasis y llantas”, detalló el entrevistado.
Los conductores del Transporte Internacional advierten que a la salida de Lima o de ciudades principales, los conductores se encuentran en total indefensión y varios de los atracos se registran desde las 20:00 en plena carretera.
El Transporte Internacional lamenta que ellos no puedan portar armas de fuego u otro tipo de formas de seguridad, razón por la que son frecuentemente víctimas de delincuentes quienes permanecen en lugares oscuros con la finalidad de forzar que los transportistas logren estacionarse con el riesgo de ser asaltados.
Quispe asegura que en muchos de los puertos donde deben cargar mercadería, los conductores bolivianos son observados y quienes portan mercadería con productos de línea blanca u otros que sean atractivos llegan ser perseguidos por otros motorizados particulares, hasta buscar la manera de obligar a los conductores a estacionarse en carretera.
“En otras ocasiones, cuando no se trata de un tráiler cerrado, los camiones que están tapados con carpas, llegan a ser cortados y saqueados quitándoles algunas cargas, sin que el conductor pueda estacionarse porque corre el riesgo de que le roben el vehículo y lo dejen sin vida”, afirmó.
Callau es uno de los puertos internacionales de alto tráfico, sin embargo es visto por conductores bolivianos como el más peligroso, donde los funcionarios, aunque visualicen un atraco en plena plaza, no intervienen y el Serenazgo que se aplica luego de un pago de los ciudadanos locales sólo vela por su calle y cada una de sus casas, pero no por la seguridad de todos los que transitan en esa región.
El 16 de enero un segundo caso de atraco se presentó en la parte del desierto de la carraetera de Lima a Bolivia. Otro conductor víctima de estos robos prefirió abandonar su oficio de chofer de transporte internacional, ante la inseguridad extrema en carretera.
“Al Gobierno nacional, a las autoridades de ambos gobiernos les pedimos garantías, porque somos nosotros quienes importamos y exportamos mercadería, que es requerida por sectores productivos de ambos países y si no existen la seguridad mínima, muchos de nuestros afiliados, prefieren abandonar sus actividades ante el riesgo, no sólo se ser víctimas de robo sino que puedan terminar perdiendo la vida”, enfatizó el representante de los conductores.
Otro de los sectores de alto riesgo para este tipo de atracos, es el sector rompe muelles de San Carlo y Yapacani, donde el transporte debe reducir la velocidad para no romper el motorizado en dos, pero termina siendo atracado.
Finalmente, Quispe dijo que los transportistas demandan un seguro de vida, mayor protección y seguridad al interior de sus unidades motorizadas.
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