Monday, December 21, 2015

Falta de auxilio agrava el drama en los accidentes

El panorama es desolador tanto en la ruta como en las afueras de la morgue. En el km 256, cerca de un pueblito que se llama Senda 6, de la carretera que une a Santa Cruz con Cochabamba, a un costado de la ruta quedan el bus de la empresa Carrasco y el camión Volvo color rojo que a las 7:45 de ayer impactaron de frente, dejando una estela de humo oscuro y la muerte de seis personas y 24 heridos, algunos de ellos de gravedad.

En la morgue de Ivirgarzama, la población más cercana que cuenta con un hospital, los familiares de los fallecidos lloran bajo un cielo cargado con nubes negras.

En las salas de internados de ese centro médico estaban siendo asistidos los que lograron sobrevivir a un accidente de tránsito que ha desnudado una orfandad tanto en la adecuada señalización y control policial de la ruta, como en el inmediato auxilio para los sobrevivientes, según coincidieron varios testimonios que levantó EL DEBER en la zona.

El primer reporte de Tránsito de Ivirgarzama da cuenta de que el chofer del bus de la empresa Carrasco, que circulaba en sentido Cochabamba-Santa Cruz, perdió el control del motorizado llegando a colisionar con el camión Volvo de color rojo y placa 1063 TAF que circulaba en sentido contrario. El bus tenía como destino final Ivirgarzama. El accidente ocurrió 5 km antes de llegar a su parada final.

Por lo menos una hora antes, a 100 metros de donde ocurrió este hecho de tránsito, había registrado otro: el bus de la línea Trans Rioja se había volcado a un costado del camino, causando heridas en algunos pasajeros. Richard Vargas, un vecino de la zona, ayudó a socorrer en su vehículo a las víctimas de ambos accidentes.

Miguel Rodríguez es el papá de Hilda Rodríguez, la joven de 23 años que logró sobrevivir al accidente del bus de la flota Carrasco. “Yo me preocupé porque mi hija no llegaba del viaje.

Hasta que ella me llamó, me dijo que la vaya a recoger de la casa de un vecino de Senda 6, porque la ayuda de la Policía no llegaba con las ambulancias y alguna gente de buen corazón les abrió las puertas de sus viviendas”, narró este hombre con notoria tristeza, que tuvo que transportar a su ser querido en su vehículo, porque ella ya no aguantaba más el dolor en su pierna.

Los familiares de otros accidentados dijeron que por lo menos una hora tuvieron que esperar para que los transporten a sus seres queridos hasta el hospital de Ivirgarzama. “Algunos esperaron sentaditos en el pasto, otros, fueron atendidos por vecinos”, narró el familiar de otro sobreviviente.

Isabel de Paco es una sobreviviente que ayer a las 15:00 ya estaba de pie, pero muy dolida, porque su hija Carmen Paco, de 30 años, no sobrevivió al accidente.

“Ella se había ido a sentar adelante. Quedó atrapada entre los fierros. Murió en el acto. Tardaron más de una hora en sacar su cuerpo. Los rescatistas rompieron tres cadenas para separar a los dos vehículos que quedaron prendidos por el choque”, relató esta mujer, que había viajado con su hija a Cochabamba para abastecer de ropa su tienda en Ivirgarzama.

Isabel, como otros sobrevivientes, tuvo que salir del bus por una de las ventanilla, por su cuenta y como pudo, puesto que la ayuda de las autoridades, que ellos esperaban, llegaba con cuentagotas.

En la oficina de Tránsito de Ivirgarzama, el sargento Pascual Choque dijo que reaccionaron tras que se enteraron y con la logística que tienen.

Hasta él llegaban algunas personas que decían ser familiares o amigos de los accidentados y que requieren información urgente. Choque maneja la hipótesis de que los trabajos de recapado del asfalto de la carretera y la lluvia pudieron haber influido para que se origine el accidente.

En esa zona, como en otras partes de la carretera, no existe una adecuada señalización ni se observa la presencia de la Policía Caminera

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