Sunday, June 29, 2014

Transporte público representa amenaza para ciudadanía paceña

Las falencias en el servicio del transporte público, que en los últimos años se ha vuelto ineficiente y carente de calidad, por la ausencia de respeto a las normas viales, falta de higiene y evidente descuido en el mantenimiento de los vehículos, entre otros, hacen que la ciudadanía advierta cierto grado de amenaza en la actitud de los conductores.

El crecimiento de La Paz y El Alto han permitido reformular nuevas formas de transporte para avanzar hacia la modernidad, sin embargo, las mismas son implementadas en medio de falencias que no están siendo atendidas en ambas ciudades.

A diario, paceños y alteños pasan de entre cuatro a seis horas haciendo filas y transportándose en vehículos de transporte público, sin embrago, a pesar del adelanto y desarrollo de ambas ciudades, aún no se cuenta con un servicio eficiente, señaló el urbanista Sergio Montes.

"Hasta hace algunos años pagar una tarifa por el transporte no valía por la rapidez y la comodidad, sino por el incremento de los sueldos o de la canasta familiar, sin embargo, el crecimiento de las ciudades ha hecho que pensemos en la calidad de este servicio. Actualmente el trasporte público no cumple con sus rutas, los vehículos tienen asientos inestables y muchas veces acondicionados para transportar más pasajeros, pese a la incomodidad que esto representa”, dijo al citar además el maltrato del chofer hacia los pasajeros.

Varias son las falencias que se identifican en minibuses y micros que circulan entre La Paz y El Alto, las más visibles son la falta de respeto a las normas viales, la falta de mantenimiento y la inexistente limpieza en los vehículos, ya que muchos de ellos cuentan con asientos en mal estado y fallas técnicas.

"La limpieza deja mucho que desear, creo que ni llegando a sus paradas hacen una revisión de cómo está el interior de sus vehículos, muchas veces los asientos están mojados o llenos de comida", manifestó Armando Paco, vecino de Villa Fátima.

Otra de las quejas recurrentes es el maltrato del que son víctimas los pasajeros, cuando no tienen dinero fraccionado, cuando tardan en bajar o subir al vehículo, ocasiones en la que los choferes son irrespetuosos con los pasajeros.

También es evidente la falta de respeto por las normas viales, considerando que los conductores estacionan sus vehículos donde mejor les parece, pasan por alto la luz roja, ocupan espacios donde es prohibido el estacionamiento, entre otros.

Finalmente y lo más complejo es el estado de los vehículos, por semana por lo menos una vez, lo choferes deben dejar a los pasajeros en medio camino, porque alguna pieza o una llanta del minibús tuvo una falla, la misma que arreglan en plena vía pública.

"Pareciera que nos están haciendo un favor, todos los días es el mismo cuento, al subir al minibús debo rogar que el maestro no esté de mal humor, ya que por cualquier razón puedo ser víctima de maltrato", relató la universitaria y usuaria de la ruta de Vino Tinto; San Jorge, Verónica Gutiérrez.

Pero los más perjudicados son los que viven en zonas alejadas, como la Periférica, Chuquiaguillo, Chasquipampa, Ovejuyo, Panticirca, LLojeta o los que hacen los tramos intermunicipales La Paz - El Alto, entre otros, para quienes además de los anteriores problemas se suma el trameaje, la falta de vehículos en ciertos horarios y la inseguridad ciudadana.

“Muchas veces a pesar de tener el disco, con una línea, ponen sus letreros solo hasta la Eguino de donde se dan la vuelta y los pasajeros tenemos que tomar otro vehículo para bajar hasta El Prado, gastando el doble en pasajes", expresó Orlando Robles, quien se traslada regularmente desde la Periférica - San Pedro.

El director de la Secretaría Departamental de Transportes, Julio Salas, en pasados días indicó que en las socializaciones realizadas en diferentes distritos de La Paz y El Alto, las personas se quejaron del mal servicio que los transportistas brindan a los pasajeros, quienes son abandonados en medio de los recorridos y a cualquier hora del día, lo que obliga a una inversión extra en pasajes para llegar a su destino.

"Hay molestia en los pasajeros por eso es necesario trabajar en sistemas de regulación y fiscalización del transporte público, que trabaje de manera integral con Tránsito, Fejuves, Vecinos, Sindicatos y Federaciones de transporte", señaló Salas.

El problema es aún más complejo en la ciudad de El Alto, por el trameaje y los costos variables, de acuerdo a la demanda de pasajeros, además del cambio de rutas y la inseguridad en los minibuses, según los vecinos que demandan diariamente estos servicios.

“No hay confianza, se ha expulsado al sindicato Arco Iris, por la inseguridad que daba este sindicato de ambas ciudades, pero cómo sabemos que otros sindicatos son confiables, no existe un registro de choferes, deberían contar con credenciales que garanticen que son miembros de un sindicato o dueños del vehículo", señaló Javier Pacheco, vecino de Villa Dolores.

Con este fin, Salas adelantó que se trabaja en el registro de más de 22 mil vehículos que cumplen rutas entre ambos municipios, los que una vez que cumplan con los requisitos se les entregará una tarjeta de operaciones, hoja de ruta y orden de salidas.

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