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Friday, May 22, 2015
Atolladeros y falta de plan perjudican a buses Sariri
Cuatro factores afectan el servicio de la flota de buses Sariri en El Alto: los atolladeros de vehículos en la Ceja, la insuficiente cantidad de carros, la instalación de ferias en las avenidas de la urbe y la carencia de planificación respecto a las rutas.
En un recorrido con los buses Sariri por distintas vías, La Razón comprobó que el principal problema son las trancaderas de la Ceja, lo que deriva en la variación de la frecuencia de los motorizados. Según la Alcaldía, debe ser de 15 a 20 minutos, pero los intervalos son de hasta 50 minutos.
En la ruta Paya, que une a la Ceja con la zona Sur de la urbe, los buses parten de la zona 31 de Octubre del Distrito 8, ingresan a la avenida 6 de Marzo y pasan por dos decenas de paradas antes de llegar a su destino en la calle 3 de la misma avenida.
Pero el problema comienza cuando llegan a la calle 11, la intersección entre las avenidas 6 de Marzo y Julio César Valdez, más conocida como cruce a Viacha, donde se concentran decenas de vehículos, la mayoría de servicio público. Desde este punto hasta la calle 3, donde se ubica la parada de regreso, se tarda entre 20 y 25 minutos, ello sucede, principalmente, entre las 08.00 y las 10.00, y en la tarde entre las 16.00 y las 19.00.
Congestión. En lo que respecta a la ruta Kimsa, que une el centro con Cosmos 79 del Distrito 3, desde que los Sariri salen de la calle Chillahua, frente al colegio Fernando Bravo, su circulación es normal, pasando por las avenidas Coaquingora, Junín, Bolivia y Julio César Valdez, pero llegan a un embotellamiento en la misma intersección en la calle 11 de la 6 de Marzo.
Los coches ediles que circulan por el norte, entre la carretera a Laja y a Copacabana, una vez que llegan al puente Río Seco se encuentran también con un atolladero de autos que quieren circular por la avenida Juan Pablo II y girar hacia la Costanera.
Estos buses giran en la avenida Juan Pablo II, para regresar por la ruta que utilizaron para llegar al centro. Sin embargo, en este sector se instala, los jueves y domingos, la feria 16 de Julio, que es otra de las causas por la que el servicio de los motorizados se dificulta. Por la feria se cierran vías adyacentes a la avenida troncal y además se genera congestionamiento.
En la carretera a Copacabana, antes de arribar a la ex Parada 8, en el Distrito 14, igualmente se instala una feria los viernes. Mientras que en la avenida 6 de Marzo, en el sector del puente Vela, se tiene el mismo problema por la feria de la zona 16 de Julio.
El servicio de los Sariri comenzó con dos rutas y los 60 buses de la primera flota, según se determinó en una primera planificación. Actualmente son 45 motorizados que cubren cinco rutas y los usuarios consideran que son insuficientes unidades para la actual demanda.
Una de las últimas modificaciones fue que el recorrido que llegaba a la estación de la Línea Amarilla del teleférico fue suspendido para hacer ajustes. Mientras que el itinerario que conecta con la Línea Roja fue reabierto el miércoles.
El secretario municipal de Movilidad Urbana y Transporte, Lorenzo Quispe, admitió que existen falencias y que éstas se registraron porque no se concluyeron los estudios, diagnósticos y pruebas de las góndolas en la ciudad, o sea no hubo una buena planificación. “Presionaron para que funcione rápido, para que se apliquen ocho rutas, cuando debieron ser solo tres, entonces estamos mejorando en el camino, pero con responsabilidad”.
El secretario de Transporte de la Federación de Juntas Vecinales, Renán Cabezas, admitió que sí se presionó, pero porque había necesidad y exigencia de la población. “Presionamos, pero esos estudios debieron estar hechos incluso en el momento en que se pensó tener en la ciudad transporte masivo, para que éste llegue a operar y no a hacer pruebas e improvisar”.
Las tarifas de los buses municipales
Diferencias
El pasaje en los buses es diferenciado en función de la distancia y para usuarios preferenciales. El precio es de Bs 1 en tramos cortos y Bs 1,50 en los largos, mientras que los estudiantes y personas con capacidades diferentes pagan Bs 0,50 en los recorridos cortos y Bs 0,70 en los largos.
La relación con los usuarios ha mejorado
Los trabajadores de los buses Sariri, entre choferes, ayudantes y cobradores, aseguraron que no existen problemas con los usuarios, pero sí con los choferes del servicio de transporte público. De acuerdo con la asistente Alejandra Nina, los pasajeros entienden todas las explicaciones que se les comunica.
“Algunos se enojan de inicio, luego entienden, les pedimos que cuiden el interior, cedan el asiento y por dónde se baja”, dijo. Aunque existen personas que ingresan con bolsas de leche, jugos de quinua y manzana como desayuno, en la noche con salchipapas, hamburguesas o pollos, los funcionarios les piden que los guarden.
También hay quienes se molestan porque no el bus no para donde ellos piden, y se les explica que existen paradas fijas. Incluso algunos pasajeros señalaron que aún se desconoce los puntos de parada de los buses Sariri. Dentro del vehículo se pudo observar a personas que oprimían el botón que anuncia al conductor la intención de bajar donde no existían letreros de parada
Los choferes, sin embargo, dijeron que en más de una ocasión los conductores de minibuses les cerraron el paso, intentaron pelear con ellos, pero evitaron enfrentarse por tener órdenes de no hacerlo. La Alcaldía reportó hasta la fecha dos incidentes de choque con choferes de minibús.
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