Tuesday, June 6, 2017

Joel, el chofer que estuvo 3 días a pan y agua por el paro chileno

En plena madrugada del "helado” jueves 25 de mayo, Joel Condori se vio dentro de su trailer, atrapado entre cientos de camiones, flotas y todo tipo de vehículos sorprendidos por el paro nacional indefinido de la Aduana de Chile, declarado el 24 de mayo. Salió de Arica, Chile, el miércoles 24 en la noche, con una carga de cerámica que tenía como destino La Paz.

"No sabía del paro. Hemos llegado a cargar cerámica del puerto de Arica y nadie nos dijo nada, en el camino nos hemos enterados del paro. Al llegar a la frontera la fila de vehículos no avanzaba nada. Todos estaban sorprendidos y comenzó el rumor de que había paro. Desde abajo, desde Arica, los compañeros nos informaron que era el paro de la Aduana de Chile”, cuenta Joel, un chofer asalariado de 35 años que hace cinco se dedica al transporte pesado internacional.

"Ya habían vehículos detrás de nosotros así que no se podía ni volver”, añade.

Joel estaba seguro de que llegaría a La Paz el mismo jueves 25 de mayo, todos sus cálculos, incluso los de su presupuesto para el viaje, estaban en función de esa certeza. Por eso el dinero que disponía se le acabó en unos cuantos días. "La mayoría andamos así, con el dinero justo”, dice.

Sin recursos ya no podía comprar alimentos, pero ocurrió algo que hasta ahora no puede creer y -expresa- lo "llena de dolor”. "No tenía ya dinero para comprar comida, pero lo peor fue que en la frontera los carabineros chilenos prohibieron que vendieran alimentos a los bolivianos. Los vendedores chilenos nos decían que no había comida, que no habían preparado lo suficiente. Al principio creímos porque éramos tantos camiones, pero después nos enteramos de que los carabineros prohibieron vendernos comida”, cuenta.

En esas circunstancias, Joel pasó más de tres días a pan y agua en la gélida frontera de Bolivia con Chile, donde la temperatura descendía bajo cero y se tenía lluvia y nevada. "Tres días estuvimos así, con agua y algo de pan, lo que había”, cuenta.

El hambre de Joel se mezclaba con los malestares que le provocaba el intenso frío: "dolor de cabeza, malestar estomacal y el resfrío”. "No podíamos ni ir al baño por el frío, la nevada”, añade.

"En el lado boliviano había ayuda, pero no en el chileno, donde estábamos nosotros, nada. Ahí no había nada, sólo la soledad y el abandono”, continúa el conductor. Recuerda que a veces se juntaba con otros choferes en el camino para charlar, pero el frío los obligaba a regresar a sus vehículos.

La Aduana de Chile levantó su paro indefinido el viernes, Joel llegó a La Paz, a su casa, el sábado 3 de junio, a las 11 de la noche y Bolivia, según los empresarios, perdió por cada día del paro chileno 11 millones de dólares.

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