Wednesday, May 10, 2017

Solo seis guardias resguardan de robos a 9 mil pasajeros en Terminal

El robo de celulares, billeteras y equipajes son los principales delitos que se cometen en la Terminal de Buses de Cochabamba. Las aglomeraciones que se presentan en horas pico hacen del ambiente un lugar apetecido por los delincuentes.

Los lanceros, jaladores (quitan a la fuerza las carteras) y descuidistas (aprovechan la distracción de los viajeros) hacen de las suyas en un ambiente que ha rebasado su capacidad por la presencia de 80 empresas de transporte interdepartamental e internacional. De acuerdo con la información proporcionada por la Administración de la Terminal, se registran 223 viajes por día.

La Terminal comenzó sus actividades en 1987 con 30 operadoras. En 30 años este número se incrementó hasta 80.

Son seis guardias privados que controlan la seguridad de la Terminal de Buses donde el flujo diario promedio es de 9 mil pasajeros. Para el director de Tránsito de la Terminal, coronel Nelson Miranda, el número es insuficiente porque los robos son constantes, aunque no todas se traducen en denuncias formales.

Los funcionarios deben realizar el control de la sala de venta de pasajes, del parqueo y del sector de salida de las flotas.

Los viajeros son las víctimas más comunes de estos delincuentes, pero también quienes se encuentran cerca de este lugar considerado como “zona roja”.

DELITOS Otras infracciones que se presentan en la Terminal son las riñas, aunque ocasionalmente. El caso más serio fue la muerte de un seguidor de Wilstermann. Los hinchas del Deportivo Cali habrían provocado la trifulca con los de Independiente de Medellín en un café de la Terminal, donde se armó una pelea campal que dejó varias sillas rotas y una puerta de vidrio destrozada. El principal sospechoso de apuñalar al “gurka” fue identificado pero aún no fue detenido.

La jefa de Recursos Humanos de la Terminal, Yovana Cáceres Ayala, dijo que se han instalado 51 cámaras en toda la infraestrucura y un centro de monitoreo. En situaciones de casos sospechosos alertan a la Policía para que realice los operativos.

EN TORNO En inmediaciones de la Terminal se han identificado casos de pildoritas, descuidistas, falsos policías, falsos taxistas e inhaladores de clefa.

Los descuidistas, por ejemplo, aprovechan la llegada de comerciantes los días de feria miércoles y sábado para arrebatarles su mercadería.

El director de la Estación Policial Integral (EPI) Central, Ángel Royo Lafuente, dijo que los días de feria se refuerza el control porque hay mayor movimiento de antisociales.

Los pasajeros también son víctimas de los “cuentos del tío” y de los “falsos policías”. Los delincuentes operan en grupos y los afectados son los forasteros que se encuentran desorientados. También se mimetizan como taxistas que esperan fuera de la Terminal.

Royo aclaró que ellos no realizan ningún tipo de control al interior del edificio porque es una institución privada. Lo que hacen es patrullar por las vías aledañas.

Destacó que en los últimos años se logró el control de las personas en situación de calle. “Ellos no se acercan a la Terminal, permanecen en la Ayacucho y cerca a la plaza San Sebastián”.

INSEGURIDAD VIAL Miranda habló también de la inseguridad vial como un problema que debe ser resuelto con urgencia. El caos provocado por los vehículos hace que los peatones y viajeros estén vulnerables a los accidentes.

Además, los jaladores aprovechan el congestionamiento vehicular para cometer delitos. Generalmente se trata del robo de celulares, carteras y billeteras.

El embotellamiento y la aglomeración de la gente facilita la huida de los delincuentes.

Los pasajeros del transporte público también son víctimas. Muchos sufren robos por las ventanillas de los trufis, generalmente de joyas y celulares.

Se han visto casos en que los descuidistas burlan los controles y suben a los ónmibuses para robar.

Para Miranda, la delincuencia en el lugar se acrecienta por la presencia del comercio pues genera aglomeración y desorden.

Las aceras son copadas por los vendedores y los peatones deben bajar a la calzada para caminar y gambetear a los conductores. De esta manera, son más vulnerables a los delincuentes.

El jefe policial señaló que la ubicación de la Terminal no es adecuada porque ha quedado en una de las zonas más congestionadas de la ciudad, además su capacidad fue rebasada.

Explicó que los buses deben realizar largas filas fuera de la Terminal porque ya no hay espacio al interior. Las colas en la parte posterior llegan en la noche hasta el Cementerio General.

MEDIDAS Miranda dijo que es indispensable la coordinación interinstitucional para dar respuesta al problema. Señala como medidas urgentes: la reubicación de los comerciantes, la mejor sincronización de los semáforos y el retiro de los “surubis” que copan las vías, especialmente en la noche y en la madrugada. “Sería ideal el traslado de la Terminal fuera del centro de la ciudad”.

Control

No existe personal policial que realice operativos de control al interior de la Terminal. Lo hacen en la parte externa del edificio.

Vigilancia

La Unidad de Tránsito Terminal se responsabiliza de vigilar que los conductores estén en condiciones de manejar y que los buses funcionen.

Datos

Pasajeros

Los viajeros expresaron ayer su preocupación porque sienten que existe inseguridad en la Terminal de Buses. Señalaron que no se observa control policial y que los guardias de seguridad son pocos para un área tan grande y llena de gente.

Crece

El sector sur de la Terminal fue copado por nuevas empresas de transporte que ofrecen sus servicios.

Internacional

Los buses llegan a Cochabamba de países como Perú, Argentina y Chile.

Proyecto

Existe una propuesta hecha por la empresa Terminal de Buses de Cochabamba S.A., una sociedad privada y dueña de los predios donde funciona la estación de ómnibuses, para construir una nueva plataforma que servirá exclusivamente para el arribo de pasajeros y flotas. Demandaría una inversión de 500 mil dólares. El mismo no tuvo ningún avance.

Demora

Los viajeros tropiezan con la falta de cumplimiento de horarios, ómnibuses en malas condiciones, pero sobre todo pésima atención al usuario tanto en boletería como en las salas de embarque.

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