Thursday, April 9, 2015

Trufis de la Bimodal operan en medio de informalidad

El descontrol y la informalidad imperan en el servicio que ofrecen los transportistas que viajan desde la capital cruceña hasta la ciudad de Cochabamba en los llamados surubís, trufis o minibús. A su favor solo tienen un permiso emitido por el gobierno, que ata de manos a la Gobernación y la municipalidad para regular su actividad. No cuentan con casetas de venta de pasajes, andén de embargue y una empresa que los represente legalmente ante cualquier eventualidad; sin embargo, algunos pasajeros optan por utilizar este medio para llegar más rápido a destino.

Es un servicio bastante requerido. Pasadas las 21:00, de a poco los surubís o trufis de servicio especial como se autodenominan, llegan hasta la zona del ingreso principal de la terminal Bimodal. Se estacionan sobre la calzada pues no cuentan con un permiso para ingresar a la estación, tampoco tienen casetas para la venta de pasajes y no son controlados por la Unidad de Tránsito que opera dentro de la terminal.

Cuentan con un permiso que evade los controles locales. El Día consultó a las autoridades de la Gobernación y municipalidad sobre esta situación, para saber bajo qué términos ofrecen sus servicios en la capital cruceña. Wilfredo Rey, director departamental de Transporte de la Gobernación de Santa Cruz, menciona que "por cuestiones políticas no sé cómo ellos consiguieron tener una autorización interdepartamental que la da el Viceministerio y con eso han logrado frenar la regulación". Carlos Alberto Moreira, encargado de la Unidad de Tráfico y Transporte del municipio de Santa Cruz explica que " estamos haciendo un relevamiento de datos para saber bajo qué condiciones operan en la ciudad". Rey explica que la actividad de esos trufis que viajan a Cochabamba debe ser regulada por la Alcaldía o Tránsito, porque se estacionan fuera de la terminal y no tienen permiso.

No son transformados para circular en Bolivia. Estos vehículos son de origen asiático y muchos llevan la puerta de ingreso al sector de pasajeros en el lado opuesto. Solo alguno de sus asientos cuentan con cinturón de seguridad, pues según sus especificaciones, no son construidos para viajes largos, por ello no cuentan con bauleras de gran capacidad y ello deriva en que los equipajes son amarrados en parrillas que se instalan en el techo de los vehículos.

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